Lavey El Papa Negro













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Anton LaVey
—El Papa Negro—
—Tezcat—
Durante la década de 1960, los católicos eran vistos en Estados Unidos como gente muy extraña, con rituales densos y sombríos, ibros de demonología, se les podía ver por la calle vistiendo estrictamente de negro, algo que para la mayoría blanca anglosajona protestante —wasps— era muy raro. Sus sacerdotes y monjas eran ajenos al paisaje estadounidense. Sus santos eran personajes misteriosos, pero las grandes celebraciones católicas que se llevaban a cabo en las grandes ciudades, donde predominaban los católicos, eran una verdadera fiesta. Además, se "nacía" católico, la mayoría eran extranjeros con acentos y atuendos bastante extraños. Esto es algo fácilmente reconocible en LaVey. Gran parte de la iconografía que manejaba en esos dias está calcada de los sombríos rituales católicos, y esto le daba un ambiente mucho más "misterioso" a las teatrales puestas en escena que se llevaban a cabo en San Francisco.

Anton LaVey se consideraba como el fundador y Sumo Sacerdote de la primera institución religiosa contemporánea abiertamente satánica, pero jamás alegó inventar una filosofía social o religiosa, ya que su satanismo estaba compuesta de muchos postulados sociales que existían con anterioridad, sólo que se encargó de darles forma e incluirlos en un cuerpo coherente al que dio el nombre de Satanismo.
Cuando LaVey escribio La Biblia Satánica lo hizo para dejar sentado y de manera formal, un documento que contuviera los pensamientos y bases del movimiento neo-satanista. El replantear el pensamiento y el comportamiento del hombre en base a sus impulsos e instintos naturales; el agudizar todas las habilidades que el hombre tiene en potencia; esas habilidades que todo animal por naturaleza tiene. Eso es lo que esta plasmado en la "Biblia" de LaVey. Hasta cierto punto es comprensible el "escándalo" que causó dicho librito, ya que no podemos olvidar que la cultura anglosajona es la más puritana, gazmoña, intolerante e hipócrita del mundo, y que muy probablemente se prohibiría su publicación en nuestros días.
Hoy en día es bien conocido que LaVey no escribió "El Libro de Satán" de La Biblia Satánica, ni mucho menos las Llamadas Enoquianas, pero sí redactó la colección de ensayos que conforman "El Libro de Lucifer" así como las instrucciones para las ceremonias mágicas y religiosas del "Libro de Belial". Hasta 1975, la Iglesia de Satán —Church of Satan o CoS— jamás consideró La Biblia Satánica como su Escritura, ni como el principio y el fin de la doctrina satánica, mucho menos como un ícono de su organización, sino básicamente como una "declaración básica dirigida al público", un texto promocional para que la gente se enterara en qué consistía el "satanismo". Como diría un buen amigo mío, La Biblia Satánica no es El Camino, sino una señal en el camino.
Sus Motivaciones
Al igual que otros judíos que se vieron rechazados por la sociedad blanca anglosajona y protestante —wasp— que les rodeaba, Anton LaVey se convirtió en un judío que se odiaba a sí mismo. Muchos judíos que vivían en las mismas condiciones, pero que gustaban de la condición étnica que les daba su ascendiente judío, se convertirían en radicales de izquierda y se unirían a otros grupos y minorías anti-wasp que hubiese en los alrededores. Los demás terminaban odiándose a sí mismos. Esto no es una crítica a LaVey, es simplemente un hecho que ayuda a ubicarlo en el contexto adecuado, y una crítica a la sociedad causante de este comportamiento. Por ende, no es de sorprender que tomase para sí la 'personae', es decir, la encarnación de lo que resultaba más odiado para ésa sociedad: El Diablo.

Esta es la clave para comprender a LaVey, aquello que en realidad lo motivaba. Ésta 'personae' del Diablo no era algo que resultase chocante a los Judíos o a cualquier otro grupo étnico a excepción de los wasps de los que se hizo rodear durante años. Algunas personas con cierta formación cultural verían en su juego inversionista algo más que pura sátira católica, y le darían un significado más profundo, mucho más allá de la polémica que generó en aquél entonces, y se lo tomaron en serio. Michael Aquino, por ejemplo, era de quienes creía que LaVey hablaba en serio. Y con el correr de los años la CoS atraería a gente bastante preparada, pero lastimosamente su número sigue siendo minúsculo en comparación con la basura que curiosea en el Satanismo como una opción, o si se quiere, un estilo de vida
Sin embargo, lo que muchas personas no vieron en aquel momento era que por aquel entonces LaVey cortejaba a la peor calaña nazi que pudiera encontrarse, a la vez que mantenía su fijación por ciertos fetiches de su preferencia, incorporándolos al ethos de lo que comúnmente se denomina el Sendero Siniestro. Además, durante la década de 1970, LaVey se esforzó en ganar la aceptación de los peores grupos de Diabolismo Ario porque fueron los únicos que se dieron el privilegio de rechazarlo —por el simple hecho de ser judío— de manera mucho más ruda que de lo que alguna vez lo hubiese hecho alguien.
Sus constantes diatribas contra el rebaño demuestran que tuvo que haberles puesto mucha atención, ya que sólo escribía para ellos. La mayoría de sus escritos no son otra cosa que comentarios para, por, o en contra del rebaño... es decir, si de verdad los hubiera ignorado, no habría escrito tanto sobre ellos. La única manera que halló para defenderse de ese rebaño fue refugiarse cual monje cisterciense en el sótano de su mansión. Sin embargo, no hay que olvidar que era ése rebaño al que decía despreciar quienes compraban sus libros y le hacían la corte. Ambas partes salían beneficiadas, así que tampoco hay mucho problema.
La Biblia Satánica
Para cualquiera que lea La Biblia Satánica resulta obvio que éste es un libro dirigido a una audiencia cristiana, cuyo objetivo es el de aclararle, a quienes no sepan, lo que es el Satanismo —es decir, no es Revelación ni Escritura de ningún tipo; de hecho, no resiste el mínimo análisis histórico, y los dos primeros "libros" de La Biblia Satánica son un conjunto de máximas hedonistas, varios principios de sentido común, obvios para cualquiera que no haya crecido en un ambiente represivo, y que en muchas de sus afirmaciones alcanza un alto grado de ingenuidad.
La primera parte de La Biblia Satánica es, probablemente, la que más atractivo tiene para el lector Cristiano, ya que está escrita de manera bastante agresiva. (Como todos sabemos, los Cristianos lo saben todo sobre rabia reprimida; es su estado permanente). Hoy se sabe que El Libro de Satán es una adaptación de un libelo de finales del siglo XIX llamado El Poder Tiene la Razón (Might Is Right en el idioma original) cuya autoría se ha atribuido tanto al novelista estadounidense y activista radical de izquierda Jack London, como a un activista político, periodista y escritor neozelandés llamado Arthur Desmond, quien se distinguió por defender los sindicatos de trabajadores y por luchar en el congreso de su país por los derechos de los trabajadores, y su violento anticlericalismo.
Para un ocultista que se tome las cosas demasiado en serio, los rituales descritos en La Biblia Satánica pueden parecer ridículos. Sin embargo, tiene una función doble: sirven como psicodrama, como catártico, o bien como una fiesta de cumpleaños, donde pasas un buen rato, y gastas tu tiempo de una manera agradable; todo depende de la actividad desarrollada por el celebrante, y el objetivo que se tenga en mente.
A pesar del prefacio donde el autor advierte contra los "falsos profetas" que terminan por transformar al aspirante a mago en un tonto que desperdicia su tiempo arrojando moneditas al aire, La Biblia Satánica contiene muy poco de las filosofías que siempre fueron consideradas "peligrosas", filosofías que trascienden el dualismo esquizoide que caracteriza a las religiones de salvadores, filosofías de la carne —las así llamadas "doctrinas oscuras".
La manera en como está escrita La Biblia Satánica atrae particularmente a cierto grupo de personas. Dichas personas son del tipo de gente que acabo de describir. Puede que algunas de estas personas tengan ciertas capacidades intelectuales, pero son tan estúpidas que, cuando LaVey declaró que el Satanismo se basaba en la complacencia en lugar de la abstinencia, tuvo que explicarles que el exceso de complacencia no era complacencia, sino compulsión. Básicamente, fue un libro dirigido a personas reprimidas, a Cristianos renegados que habían perdido la batalla por sus mentes.
La Iglesia de Satán
Tras la muerte de LaVey, su hija y su amante se encargarían de dirigir la organización. Sin embargo, Karla LaVey tenía motivos para no querer trabajar con la amante de su padre. Blanche Barton es la típica chica americana formada en un un hogar estrictamente religioso que apoya las mismas ideas de los fundamentalistas cristianos sobre el aborto y que está en contra del derecho que tendría toda mujer de elegir de hallarse en una situación tal, anti-gay y contra los 'peligros' de la tecnología moderna.
Hoy en día la jerarquía de la CoS ocupa su tiempo en distorsionar la realidad: siguen inmersos en algunas prácticas culturales de un país en particular (los Estados Unidos) y están embarcados en una campaña por desvirtuar a sus competidores, de una manera tan patética, que cabe cuestionarse sobre la inteligencia de quienes están a cargo.
En cuanto a sus miebros, cualquiera pensaría que, con tantos afiliados, la CoS pensaría en "organizarse" un poco más. Esto La ventaja —tal vez la única que tenga— es que cada miembro sigue su propio camino, sin molestar a otros con la excusa de "conocer mas satanistas", uniendo fuerzas con unos cuantos miebros si así lo requieren sus necesidades, y sin perder de vista los beneficios que se pueda tener de una plausible unión con otro miebro. No hay que olvidar que el lema del Satanista es "¿Quién se beneficia, y de qué manera?" En lo que a mi concierne, si alguien me pregunta si debe o no afiliarse a la COS para ser Satanista, mi respuesta sería "No. Te haría más provecho invertir el dinero en otra cosa que sea de tu agrado... además, piensa si tu inversión se justifica por el benefico casi nulo que puedes obtener".
Conclusiones
LaVey creía que al utilizar palabras como "Iglesia" y "Biblia" de manera satírica, parodiando el significado que habían tenido hasta entonces, terminaría por destruir lo que representaban dichas palabras. Infortunadamente, tal corrupción es imposible para gente firmemente arraigada en un marco ideológico que en esencia es cristiano. Para ellos, las palabras "Iglesia" y "Biblia" siempre tendrán connotación cristiana. En lugar de permitir que sus creencias sean alteradas, lucharán contra ello, y como son criaturas formadas en el odio, se lanzarán a la lucha con entusiasmo, habrán encontrado una nueva "Causa". Las palabras "Iglesia" y "Biblia" despertaron la curiosidad de muchos cristianos y atrajeron su atención, una atención que, primero que todo, no era necesaria. Este fue un grave error por parte de LaVey, que le costó la persecución que tuvo lugar en la década de 1980 durante el llamado Pánico Satánico. Tal vez habría sido menos reditual, pero más efectivo, si no se hubiera dedicado a buscar la aceptación y llamar la atención de la sociedad cristiana en la cual vivía, que prefirió relegarlo al ostracismo, donde murió pobre, aislado del mundo, en un hospital de caridad atendido por monjas.
Al igual que Crowley, la única forma de juzgar al llamado Papa Negro sería olvidarnos de su persona y concentrarnos en su filosofía. Puede que, al final, ambos tuvieran razón.