2. Sólo viajando a través de la oscuridad interior y exterior podemos alcanzar la divinidad y así completar la potencialidad de nuestra existencia.

3. Nuestros ritos, ceremonias y prácticas afirman la vida, y nos muestran el éxtasis de la existencia y el triunfo sobre uno mismo que marca al verdadero Adepto.

4. Somos temidos porque desafiamos y buscamos conocer y así, comprender. Nos regocijamos en la vida: en todos sus placeres, pero más particularmente en sus posibilidades. Así extendemos las fronteras de la evolución mientras otros duermen o se lamentan.

5. Detestamos todo lo que causa decadencia y preferimos morir antes que someternos a alguien o algo - éste orgullo es el orgullo de la Orden, y la Llama Negra es un símbolo de nuestro desafío y un signo de nuestra energía impulsora de la vida. Otros se asustan ante nuestra manera de enfrentarnos a la vida y la muerte.

6. Cuando odiamos, odiamos abiertamente y con arrogancia; cuando amamos, amamos con una pasión igual a ésta arrogancia: siempre atentos de no amar a nadie tanto que no podamos verlo morir, pues la muerte es un cambio natural de energías.

7. Nos preparamos - a través de nuestra magia y nuestra manera de vivir .

8. Nuestra senda es difícil y peligrosa y es para los pocos que se atrevan de verdad a desafiar la matriz de las ilusiones - del "bien" y el "mal" - que ahoga el potencial de nuestra esencia.